¿Ser más normal?
¿Qué es ser normal? Hace unos años con mi grupo de teatro representamos el musical "La Familia Addams" y habia un número que se titulaba "One normal night" en el que Miércoles, la pequeña de los Addams, le proponia a su familia que fuesen lo más "normal" posible. Se generaba una escena muy cómica en la que todos los miembros de esta famosa familia se preguntaban ¿Por qué su hija pensaba que no eran normales? Todo el mundo ve la excentricidad de esa familia menos ellos mismos que consideran de lo más normal su comportamiento y forma de ser, ahí esta el éxito de esta loca familia. Entorno a la normalidad giraba parte de la historia de este musical y buena parte de su reflexión. Trabajamos mucho este concepto, el de ser normales ¿cúando y porqué una persona es normal? y sobre todo ¿Para quién?
Según la RAE, esta es la definición de normal:
1. adj. Dicho de una cosa: Que se halla en su estado natural.
2. adj. Que sirve de norma o regla.
3. adj. Dicho de una cosa: Que, por su naturaleza, forma o magnitud, se ajusta a ciertas normas fijadas de antemano.
2. adj. Que sirve de norma o regla.
3. adj. Dicho de una cosa: Que, por su naturaleza, forma o magnitud, se ajusta a ciertas normas fijadas de antemano.
Hablando de educación, podemos quedarnos con la segunda y tercera acepción (entendemos que todos los alumnos se encuentran en su estado natural...). El problema es ¿Quién fija las normas o reglas que debemos de seguir para ajustarnos a la normalidad? Hay en muchos ámbitos científicos donde es sencillo, pero en este ámbito que nos ocupa es difícil establecer con objetividad esas reglas. Y aún siendo objetivos ¿hasta que punto debemos ser 100% objetivos en nuestro trabajo? ¿No forma parte de nuestro trabajo entender las dificultades de cada alumno, sus necesidades, virtudes y carencias? Esto parece que choca bastante con la objetividad de la que bebe la normalidad, esas reglas fijadas de antemano que nos marca la RAE. Parece que no es sencillo llegar a una conclusión. Me ha parecido muy interesante la imagen que animaba esta reflexión; donde una profesora marca como normal lo que es igual a ella, todo lo demás tiene alguna "pega". ¿Somos así? yo me he visto muy identificado con ello, al final, lo cómodo es enseñar a los alumnos lo que tu quieres y cómo quieres que hagan, y el que se salga de esa norma fijada de antemano esta fuera de lo normal. Si seguimos el criterio de la RAE estaríamos acertando... ¿Es suficiente esta definición para nosotros?
Como hemos visto el concepto de normalidad es algo bastante complejo en el mundo de la educación... y esto no se acaba aqui. Cada alumno tiene unas necesidades específicas y aunque podemos agrupar las necesidades de bastantes alumnos, hay algunos que destacan, me refiero a las necesidades educativas, ya sean por altas capacidades y por problemas cognitivos. Si nos basamos en la definición con la que hemos estado trabajando, estos alumnos no son normales. ¿No son normales? Pues no sabría responder esta pregunta... y aquí se me plantea un dilema moral, si nos ceñimos a la definición de normal, efectivamente no siguen la norma (si determinamos como norma las necesidades de la generalidad), sin embargo, estos alumnos, si se trabaja correctamente con ellos pueden conseguir unos resultados por encima de la media incluso. ¿entonces? ¿por qué no son normales? ese es mi dilema, al cual no tengo respuesta clara.
Con todo esto, ¿cómo construir una calificación? parece que no es muy lógico construirla en base a criterios de normalidad. Quizá la clave no es tanto la calificación como el tipo de tarea, el adaptar el tipo de tarea a la realidad de cada alumno. En este bloque hemos realizado un trabajo entorno a este área utilizando como guia los estilos de aprendizaje de David Kolb. Parece obvio que cada alumno tiene una forma distinta de aprender, y que no podemos marcar una única norma, es una buena idea agrupar los aprendizajes. Siendo realistas es imposible hacer una tarea/actividad para cada alumno conforme a sus necesidades específicas, cuando trabajamos con 30 alumnos en clase. Sin embargo, si se puede agrupar las tareas entorno a distintos estilos y ajustarnos a ellos. De esta forma la evaluación será mucho más acertada y acercada a la realidad de cada alumno.


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